https://images.pexels.com/photos/1633578/pexels-photo-1633578.jpeg?cs=srgb&dl=pexels-rajesh-tp-1633578.jpg&fm=jpg Un día, un hombre honrado y trabajador se propuso dejar el empleo que tenía en una fábrica para abrir su propio negocio. Su entusiasmo era tal que no le quedaba tiempo para leer el periódico, ver televisión o reunirse con sus amigos en la cantina para hablar de cómo estaba el mundo. En cuanto salía de la fábrica dedicaba todo su tiempo y todas sus energías al negocio que estaba por abrir. Visitó a proveedores, hizo todo el papeleo legal necesario, alquiló un pequeño local que se encontraba a un lado de una carretera bastante transitada, equipó la cocina, entrevistó a sus futuros empleados e hizo una larga lista de cosas hasta que finalmente, unos meses después, pudo abrir su negocio de venta hamburguesas y así renunciar a su antiguo empleo. El negocio floreció rápidamente ya que allí se vendías las mejores hamburguesas con papas fritas de toda la zona. Al principio ...
En cierta aldea había un hombre muy vil que vendía leña a sus vecinos. Siempre sacaba ventaja cortando los troncos más cortos que los cuatro pies acostumbrados. Un día circuló la noticia de que el hombre se había convertido. Nadie le creyó. Mientras se discutía el asunto, un día, un cliente salió de su negocio y dijo: -Es cierto. Se ha convertido. -¿Cómo lo sabes? -le preguntaron. Medí la leña que cortó. Tiene unos buenos cuatro pies. Ciertamente era otro hombre. E. E. Cleveland. "Venid a mí". 1969. pág. 18. También usted puede ser otro hombre en Cristo, la Biblia dice: "Por sus frutos, los conoceréis" (Mat. 7:20), solo la transformación que esa palabra revelada, que penetra hasta lo más profundo de nuestro ser; puede redireccionar nuestra vida.
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