https://images.pexels.com/photos/1633578/pexels-photo-1633578.jpeg?cs=srgb&dl=pexels-rajesh-tp-1633578.jpg&fm=jpg Un día, un hombre honrado y trabajador se propuso dejar el empleo que tenía en una fábrica para abrir su propio negocio. Su entusiasmo era tal que no le quedaba tiempo para leer el periódico, ver televisión o reunirse con sus amigos en la cantina para hablar de cómo estaba el mundo. En cuanto salía de la fábrica dedicaba todo su tiempo y todas sus energías al negocio que estaba por abrir. Visitó a proveedores, hizo todo el papeleo legal necesario, alquiló un pequeño local que se encontraba a un lado de una carretera bastante transitada, equipó la cocina, entrevistó a sus futuros empleados e hizo una larga lista de cosas hasta que finalmente, unos meses después, pudo abrir su negocio de venta hamburguesas y así renunciar a su antiguo empleo. El negocio floreció rápidamente ya que allí se vendías las mejores hamburguesas con papas fritas de toda la zona. Al principio ...
En
1927 Charles A. Lindgergh fue el primero en cruzar el Océano Atlántico en
avión. El vuelo duró 33 horas y media. Esta hazaña le dio mucha fama a
Lindbergh y numerosas compañías le pidieron que hiciera propaganda para sus
productos. Aún no se conocía la relación que hay entre el tabaco y el cáncer,
pero Lindbergh rehusó una gran cantidad de dinero de una compañía que quería
que su retrato apareciera en una propaganda de cigarrillos. Lindbergh, que llegó
a ser coronel de la Fuerza Aérea de su país y fue por un tiempo consejero
técnico de la Pan American Airways, había aprendido a disciplinarse a sí mismo.
Este rechazo suyo tan decidido demostró que ni la popularidad ni el dinero le podía
hacer cambiar su determinación de controlarse a sí mismo.
Robert
E. Lee, considerado como uno de los grandes dirigentes militares. Cierta vez le
ofrecieron diez mil dólares -suma muy elevada a su tiempo- si permitía que su
nombre se usara en relación con un juego
de lotería. Lee, necesitaba ese dinero en ese momento, pero su respuesta fue: “Caballeros,
mi nombre es lo único que me queda y no está en venta”.
Citado en: Hills, B. Desmond.
Cada día más Luz, iluminados por Jesús. México: Gema Editores, 2008, pág. 329
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