https://images.pexels.com/photos/1633578/pexels-photo-1633578.jpeg?cs=srgb&dl=pexels-rajesh-tp-1633578.jpg&fm=jpg Un día, un hombre honrado y trabajador se propuso dejar el empleo que tenía en una fábrica para abrir su propio negocio. Su entusiasmo era tal que no le quedaba tiempo para leer el periódico, ver televisión o reunirse con sus amigos en la cantina para hablar de cómo estaba el mundo. En cuanto salía de la fábrica dedicaba todo su tiempo y todas sus energías al negocio que estaba por abrir. Visitó a proveedores, hizo todo el papeleo legal necesario, alquiló un pequeño local que se encontraba a un lado de una carretera bastante transitada, equipó la cocina, entrevistó a sus futuros empleados e hizo una larga lista de cosas hasta que finalmente, unos meses después, pudo abrir su negocio de venta hamburguesas y así renunciar a su antiguo empleo. El negocio floreció rápidamente ya que allí se vendías las mejores hamburguesas con papas fritas de toda la zona. Al principio ...
Cierta vez Mahatma Gandhi (1869-1948), el lider hindú, viajaba en un tren de tercera clase. A pesar de su popularidad, nadie de los que viajaban con él lo reconoció.
Un pasajero, demostrando falta de consideración para con los demás, escupía constantemente en el piso. Gandhi serenamente lo exhortó, destacando el peligro que tan mal hábito podría significar para la salud de los demás pasajeros. El hombre se irritó y respondió con exasperación.
-No se meta en mi vida. ¿Quién es usted para pretender corregirme?.
Después continuó escupiendo, indiferente a los escrúpulos de los demás. Gandhi se mantuvo en silencio. Poco después aquel hombre, tomando su guitarra, comenzó a cantar una música popular en honor a Gandhi. En la estación en la que iba a desembarcar había una multitud reunida para honrar al ilustre visitante. El hombre al darse cuenta de que la persona a quien había molestado con su hábito antihigiénico no era otra sino el festejado héroe nacional, se postró delante de Gandhi y le pidió que le perdonara.
-No tengo nada que perdonarle -repondió el gran lider-. Pero veo que su aprecio de ahora es hipócrita, ya que canta canciones en mi honor y no practica mis lecciones.
Este incidente de la vida de Gandhi nos recuerda las palabras de Isaías: "Este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí" (Isa. 29:13).
Citado en: Oliveira, Enoch De. ¡Buenos Días Señor!. México: Asociación Publicadora Interamericana, 2001, Pág. 41.
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