Se cuenta la historia de un grupo de amigos, en Iglaterra, que donaron una lancha a motor para usarla en la región de la península El Labrador (Canadá), al enterarse que Sir Wilfred Grenfell necesitaba un medio de transporte rápido que la permitiera llegar hasta los sitios más remotos donde había personas enfermas que necesitaban ayuda. Cuando se le entregó la lancha, el médico de El Labrador la puso en uso inmediatamente al recibir una solicitud de una de las islas. La noche era oscura y la niebla lo cubría todo, pero Grenfell no vaciló en salir. El sabía que la lancha estaba equipada con una brújula la cual la guiaría a través de la niebla y la tormenta. Después de navegar por muchas horas en un mar tormentoso, Grenfell se convenció que estaba perdido. Como resultado, la mujer enferma falleció y el médico casi perdió su vida. La investigación demostró que la tragedia era el resultado de la irresponsabilidad de un obrero en Liverpool. Cuando aseguró la brújula en su lugar designado en la lancha, el hombre cometió el error de usar tornillos de acero en lugar de unos de bronce. Los tornillos de acero desviaron la aguja de la brújula conduciendo a Grenfell muy lejos de su destino.
Citado por. Bietz, Reinhold R. Jesús el Lider. Florida: E. U. Asociación Publicadora Interamericana, 1988. pág. 26,27.
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