J. White, financista y millonario inglés, después de una existencia tumultuosa, se suicidó. Dejó una carta explicando las razones de su decisión: "Un día se sucede al otro con parecida monotonía, y cada persona tiene los mismos deseos, más dinero, más placeres y menos trabajo....mi cabeza delira...veo la locuro de mi vida.... ¡basta!.
Lord Byron (1788 - 1824) vivió intensamente los placeres voluptuosos de la carne. sin embargo, al llegar al final de su existencia, dijo: "Los gusanos, la gangrena, el cancer, la frustración y la ruina son mi suerte."
Marilyn Monroe (!926 - 1962), el gran mito de Hollywood, a pesar de su singular belleza, fue una sombra inquieta carente de paz interior. Con 25 píldoras de Nembutal puso fin a una existencia atribulada por devastadora neurosis.
David Hume (1711 - 1776), sintiendo sobre su cuerpo enfermo las frías garras de la muerte, declaró: "Estoy asustado y confundido al ver la triste soledad que mi filosofía produjo. ¿Donde estoy? ¿Hacia donde voy? Tantas preguntas me confunden y comienzo a percibir que estoy en condiciones deplorables, envuelto en densas e impenetrables tinieblas."
La felicidad no se encuentra en el dinero, ni en el placer, ni en la belleza; tampoco en la incredulidad. Está en Cristo. "El Camino, la Verdad y la Vida".
Enoch de Oliveira. Buenos Días Señor. pág. 264.
Comentarios
Publicar un comentario