https://images.pexels.com/photos/1633578/pexels-photo-1633578.jpeg?cs=srgb&dl=pexels-rajesh-tp-1633578.jpg&fm=jpg Un día, un hombre honrado y trabajador se propuso dejar el empleo que tenía en una fábrica para abrir su propio negocio. Su entusiasmo era tal que no le quedaba tiempo para leer el periódico, ver televisión o reunirse con sus amigos en la cantina para hablar de cómo estaba el mundo. En cuanto salía de la fábrica dedicaba todo su tiempo y todas sus energías al negocio que estaba por abrir. Visitó a proveedores, hizo todo el papeleo legal necesario, alquiló un pequeño local que se encontraba a un lado de una carretera bastante transitada, equipó la cocina, entrevistó a sus futuros empleados e hizo una larga lista de cosas hasta que finalmente, unos meses después, pudo abrir su negocio de venta hamburguesas y así renunciar a su antiguo empleo. El negocio floreció rápidamente ya que allí se vendías las mejores hamburguesas con papas fritas de toda la zona. Al principio ...
Los apartamentos de lujo del edificio Richelieu en las playas de Pass Christian (Misisipi EE.UU.) contaban con la animación propia del veraneante de la gran ciudad. Se divertían con un espíritu despreocupado y abundancia de bebidas alcohólicas. La policía recibió la alarma de que el huracán Camille estaba tocando la costa occidental cubana y se aproximaba al golfo de México para irrumpir lleno el estado de Misisipi. El jefe de la policía, Jerry Peralta, movilizó su equipo para evacuar todos los edificios playeros. La mayoría de las personas obedecieron la orden, pero un numeroso grupo del edificio Richelieu desafío al agente:
-¡Señor Peralta, Estamos en nuestra propiedad y para sacarlos de aquí tendrá que traer una orden de detención! ¡Hemos sobrevivido a varios huracanes! ¡Este edificio es sólido como una roca!. Aquella noche el huracán arrasó con la costa de Misisipi a una velocidad de más de 280 km/h, desapareciendo varios edificios entre ellos el Richelieu. Era el 17 agosto de 1969. El Camille fue el segundo huracán más poderoso del siglo XX, después de otro que tuvo lugar en 1935. Sólo en la localidad de Pass Christian murieron 78 personas, la mayoría de ellas pensaban que eran lo suficiente fuerte para sobrevivir sin necesidad de evacuar.
La ausencia de autoestima conlleva riesgos: pérdida de rendimiento académico y laboral, dificultad en las relaciones, así como vulnerabilidad a la adicción a sustancias psicoactivas, a ser víctima de abusos, ansiedad y depresión, entre otros. Para el exceso de autoestima es la referencia y conduce a situaciones desastrosas como en la actitud de qué ellos vecinos del edificio Richelieu y, aún más, lleva a la perdición moral. Julián Melgoza y Laura Fidanza. Un Corazón alegre. 2019, pág. 11
En las Sagradas Escrituras, encontramos a una generación pasada que decía: "Jehová no hará ni bien ni mal" (Sof. 1:12d), una sociedad en cuya filosofía de la vida se inclinaba en el desenfreno, en la autoconfianza. Dios les envió un mensaje de juicio donde serían escudriñado con lámparas a aquellos que estaban tan confiados en sí mismo. En este tiempo de cambios, de preocupación mundial, vale la pena abrir el corazón al mensaje de Dios en su Palabra revelada.
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