En la península de Yucatan, Mexico, se encuentran los mayores cultivos de la planta de pita, o henequén; con la cual se fabrica el hilo sisal. El terreno de Yucatan es duro, de poca riqueza nutritiva. Cierta vez un grupo de extranjeros visitaron el lugar con la intención de establecer posteriormente una gran plantación de pita en la península de Florida,
Estados Unidos. Una vez terminada su visita, los hombres se dijeron: «El suelo de la Florida es superior a este, y la pita crecerá mejor». Así que compraron una gran extensión de tierra en Florida y plantaron las pitas, que crecieron y adquirieron un tamaño enorme. «Ahora sí —pensaron los nuevos agricultores- vamos a producir
el mejor sisal del mundo. Les enseñaremos a los mexicanos cómo se cultiva la pita». Y llegado el tiempo, recogieron la cosecha para extraer fibras, pero con gran chasco y asombro, vieron que las plantas no tenían fibras eran pura pulpas. Entonces comprendieron que el suelo muy bueno no servía, en tanto que la tierra dura y pobre con vientos y sol candente, era la mejor producir buenas fibras. Enrique Chaij. A pesar de todo¡ ¡Qué linda es la vida!. Pág. 127
Cada región en la tierra, tiene sus virtudes en cuanto a producción de frutas, verduras y otras plantas que contribuyen para el consumo o para la obtención de productos que le sirven al ser humano. Lo que aprendemos es que cada uno debe dar lo mejor en donde se encuentra. Una planta no tiene opciones, al henequén lo llevaron a la Florida, y dio todo, pero la tierra no era la propicia para dar la mejor fibra. En cambio nosotros, podemos movernos, podemos dar lo mejor de nosotros para la sociedad, mucho más por Dios, quien nos dice poéticamente: "Todo lo que te venga a la mano, hazlo según tus fuerzas" (Ecl. 9:10).
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/b/b7/Plantsisal.jpg/220px-Plantsisal.jpgCada región en la tierra, tiene sus virtudes en cuanto a producción de frutas, verduras y otras plantas que contribuyen para el consumo o para la obtención de productos que le sirven al ser humano. Lo que aprendemos es que cada uno debe dar lo mejor en donde se encuentra. Una planta no tiene opciones, al henequén lo llevaron a la Florida, y dio todo, pero la tierra no era la propicia para dar la mejor fibra. En cambio nosotros, podemos movernos, podemos dar lo mejor de nosotros para la sociedad, mucho más por Dios, quien nos dice poéticamente: "Todo lo que te venga a la mano, hazlo según tus fuerzas" (Ecl. 9:10).
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