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Calvin Coolidge, político norteamericano, presentaba grandes cualidades para llegar a ser presidente de los Estados Unidos. Sin embargo, en una reunión donde se consideró su candidatura a la Casa Blanca, la mayoría lo rechazo por considerarlo una persona poco sensible. Uno de los presentes dijo: «A nadie le agradaría un hombre así como presidente». Pero en ese instante se oyó la voz de una niña, que dijo: «A mí si me gustaría como presidente, porque él fue el único que me preguntó por mi dedo herido». Quien así se expresó era la hija de uno de los pocos admiradores que tenía Coolidge en aquella reunión. Y tras la ocurrente salida de la niña, el padre tomó la palabra para elogiar la bondad y la sensibilidad humana del debatido candidato. Coolidge, quien seria el presidente de su país de 1923 a 1929, si era una persona cercana y sensible, como puso de manifiesto el gesto de cortesía que tuvo con la pequeña, quién no podría darle a cambio ni tan siquiera su voto. Habra sido parco y poco expresivo, pero el sincero interés que Coolidge manifestó por el dedo lastimado de la niña reveló su capacidad para interesarse en los problemas de los demás. Y esa cualidad tan importante en cualquier hombre de la esfera política le ayudó sin duda a llegar a la primera magistratura de la nación. Enrique Chaij. A pesar de todo, ¡Qué lindo es la vida!. Pág. 67 Los pequeños actos de bondad y cortesía hacia los demás, impactan de manera notable; al grado que pueden darle un giro determinante en la vida.
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