Cuando Guillermo Carey, fue bautizado, el ministro que ofició la ceremonia escribió en su diario: “Hoy bauticé a un pobre zapatero” Lo curioso es que ese pobre zapatero, antes de cumplir los treinta años, por su propia iniciativa ya había aprendido a leer la Biblia en latin, griego, hebreo, holandés, francés y por supuesto en su lengua materna el inglés. Más curioso todavía, es que hoy nadie recuerda al pastor que ofició la ceremonia bautismal, pero el mundo cristiano agradece a ese “pobre zapatero” por haber sido el primer misionero en la India, y lo recuerda como: “el padre de las misiones modernas”. Fernando Zabala. Todo no da igual. pág. 25
Nadie puede saber lo que Dios puede realizar en cada hijo suyo que le acepta como su Señor y Salvador.
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