https://images.pexels.com/photos/1633578/pexels-photo-1633578.jpeg?cs=srgb&dl=pexels-rajesh-tp-1633578.jpg&fm=jpg Un día, un hombre honrado y trabajador se propuso dejar el empleo que tenía en una fábrica para abrir su propio negocio. Su entusiasmo era tal que no le quedaba tiempo para leer el periódico, ver televisión o reunirse con sus amigos en la cantina para hablar de cómo estaba el mundo. En cuanto salía de la fábrica dedicaba todo su tiempo y todas sus energías al negocio que estaba por abrir. Visitó a proveedores, hizo todo el papeleo legal necesario, alquiló un pequeño local que se encontraba a un lado de una carretera bastante transitada, equipó la cocina, entrevistó a sus futuros empleados e hizo una larga lista de cosas hasta que finalmente, unos meses después, pudo abrir su negocio de venta hamburguesas y así renunciar a su antiguo empleo. El negocio floreció rápidamente ya que allí se vendías las mejores hamburguesas con papas fritas de toda la zona. Al principio ...
Hace algunos años hubo un naufragio cerca de la costa del noroeste y, de Norteamérica. Enormes olas golpeaban el navío que había encallado. En un pueblecito cerca del lugar del naufragio, un grupo de pescadores se reunieron a contemplar el rescate de los que estaban a bordo del barco. Después de una lucha terrible, los rescatadores regresaron con todos los marinos menos uno. “No había lugar en el bote para él, así que le dijimos que permanezca en el barco y que alguien regresaría para buscarlo ——dijo un hombre joven—. ¿Quién irá conmigo?" Un joven levantó la mano y caminó hacia el hombre. inmediatamente, una mujer gritó: “¡No vayas, Jim! ¡Tú eres todo lo que me queda! Tu padre murió ahogado en el mar. Tu hermano William se fue en un barco y nunca más hemos sabido de e'l. Si tú te pierdes, me quedaré sola. ¡Por favor Jim, no vayas!" Jim escuchó la súplica de su madre, pero luego se volvió hacia el furioso mar y dijo; “Madre, tengo que ir. ¡Es mi deber! ¡Tengo que ir!"...