Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como misma oportunidad

¡Confesión de un amigo de Livingstone!

Cuando Livingstone fue sepultado en la abadía de Westminster, se apiñaron miles de personas en las calles para prestar un último homenaje al gran misionero en África. En medio de la multitud había un hombre encanecido, vestido modestamente, que lloraba convulsivamente. Alguien le preguntó por qué lloraba cuando todos trataban de honrar al ilustre muerto. "Le diré por qué", respondió el hombre bañado en lágrimas. "David Livingstone y yo, nacimos en el mismo pueblo, crecimos en la misma escuela, fuimos a la misma iglesia, trabajamos juntos en la misma sala, pero David siguió el camino del evangelio y yo lo desprecié. Ahora él es honrado por toda la nación y por los cristianos de todas partes, pero yo soy olvidado, desconocido e ignorado. No tengo nada que esperar del futuro a no ser la sepultura de un alcohólico". De Oliveira, Enoch. ¡Buenos días, Señor!. (México: Asociación Publicadora Interamericana, 2001), pág. 52.