Louis Zamperini nació en 1917 en el seno de una familia de inmigrantes italianos en la ciudad de Olean (Nueva York, EE. UU). Desde joven se entregó al atletismo y logró participar en los juegos olímpicos de Berlín de 1936, donde el mismo Hitler le dio la mano y lo felicitó por una de sus marcas. Durante la Segunda Guerra Mundial, Louis se alistó en el ejército norteamericano y combatió en el frente del océano Pacífico. Un accidente mecánico en pleno vuelo hizo que el avión se precipitara al vacío y cayera al océano. Todos los tripulantes murieron excepto Louis y otros dos soldados que sobrevivieron en una balsa salvavidas. Con poquísima comida y nada de agua, pescaban lo que podían y bebían agua de lluvia. Uno de ellos murió. En medio de semejante situación trágica, Louis oró a Dios diciendo: «Si sobrevivo, te obedeceré y haré tu voluntad el resto de mi vida». Los náufragos alcanzaron las islas Marshall cuarenta y siete días después del accidente. Los japoneses no tardaron en hacerlo
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