Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como Louis Zamperini

Crisis vs oportunidad

https://images.pexels.com/photos/1633578/pexels-photo-1633578.jpeg?cs=srgb&dl=pexels-rajesh-tp-1633578.jpg&fm=jpg Un día, un hombre honrado y trabajador se propuso dejar el empleo que tenía en una fábrica para abrir su propio negocio. Su entusiasmo era tal que no le quedaba tiempo para leer el periódico, ver televisión o reunirse con sus amigos en la cantina para hablar de cómo estaba el mundo. En cuanto salía de la fábrica dedicaba todo su tiempo y todas sus energías al negocio que estaba por abrir. Visitó a proveedores, hizo todo el papeleo legal necesario, alquiló un pequeño local que se encontraba a un lado de una carretera bastante transitada, equipó la cocina, entrevistó a sus futuros empleados e hizo una larga lista de cosas hasta que finalmente, unos meses después, pudo abrir su negocio de venta hamburguesas y así renunciar a su antiguo empleo. El negocio floreció rápidamente ya que allí se vendías las mejores hamburguesas con papas fritas de toda la zona. Al principio ...

¡Perdón, lo que puede hacer en una persona!

Louis Zamperini nació en 1917 en el seno de una familia de inmigrantes italianos en la ciudad de Olean (Nueva York, EE. UU). Desde joven se entregó al atletismo y logró participar en los juegos olímpicos de Berlín de 1936, donde el mismo Hitler le dio la mano y lo felicitó por una de sus marcas. Durante la Segunda Guerra Mundial, Louis se alistó en el ejército norteamericano y combatió en el frente del océano Pacífico. Un accidente mecánico en pleno vuelo hizo que el avión se precipitara al vacío y cayera al océano. Todos los tripulantes murieron excepto Louis y otros dos soldados que sobrevivieron en una balsa salvavidas. Con poquísima comida y nada de agua, pescaban lo que podían y bebían agua de lluvia. Uno de ellos murió. En medio de semejante situación trágica, Louis oró a Dios diciendo: «Si sobrevivo, te obedeceré y haré tu voluntad el resto de mi vida». Los náufragos alcanzaron las islas Marshall cuarenta y siete días después del accidente. Los japoneses no tardaron en hacerlo...