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Mostrando las entradas etiquetadas como Perdón

¡Confesión de un crimen veinte años después!

Dos socios de una empresa comercial, por divergencia de opiniones en el manejo del negocio, un día se trabaron en una agria disputa. La discusión fue subiendo de tono hasta que uno de los hombres, exasperado y perdido el control de sí mismo, extrajo un revólver de entre su ropa y mató al otro de varios disparos. Al oír las detonaciones, no faltaron los curiosos que acudieron corriendo al lugar de la tragedia, y tras ellos se congregó más gente, que nada sabía de lo que había pasado. Aprovechando la confusión del momento, el matador consiguió confundirse entre la multitud y alejarse sin que llamara la atención de nadie. Apenas la noticia llegó a conocimiento de las autoridades, la policía se lanzó tras él para llevarlo ante los tribunales. Pero el hombre desapareció por completo de los lugares que solía frecuentar, y ni siquiera sus familiares ni sus más íntimos amigos sabían lo que había ocurrido con él. De manera que luego de un buen tiempo el caso se archivó, como uno de los crímen

¡Perdón, lo que puede hacer en una persona!

Louis Zamperini nació en 1917 en el seno de una familia de inmigrantes italianos en la ciudad de Olean (Nueva York, EE. UU). Desde joven se entregó al atletismo y logró participar en los juegos olímpicos de Berlín de 1936, donde el mismo Hitler le dio la mano y lo felicitó por una de sus marcas. Durante la Segunda Guerra Mundial, Louis se alistó en el ejército norteamericano y combatió en el frente del océano Pacífico. Un accidente mecánico en pleno vuelo hizo que el avión se precipitara al vacío y cayera al océano. Todos los tripulantes murieron excepto Louis y otros dos soldados que sobrevivieron en una balsa salvavidas. Con poquísima comida y nada de agua, pescaban lo que podían y bebían agua de lluvia. Uno de ellos murió. En medio de semejante situación trágica, Louis oró a Dios diciendo: «Si sobrevivo, te obedeceré y haré tu voluntad el resto de mi vida». Los náufragos alcanzaron las islas Marshall cuarenta y siete días después del accidente. Los japoneses no tardaron en hacerlo

El perdón de Felipe el Grande

Felipe el Grande acuño una declaración interesante cuando se le dijo que debía perdonar a sus enemigos. Le dijo a la reina: "Escríbele a tu hermano que le perdono de todos los males que me ha hecho, pero que aguarde hasta que yo muera". Citado por. Bietz, Reinhold R. Jesús el Lider. Florida: E. U. Asociación Publicadora Interamericana, 1988. pág. 87