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Mostrando las entradas etiquetadas como Comunicación en clave morse

¡Conversión en una prisión!

En plena segunda guerra mundial un paracaidista belga fue capturado por la Gestapo, la policía secreta oficial de la Alemania nazi, y confinado a un encierro solitario. En la celda contigua a la suya había un clérigo belga acusado, igual que él, de espionaje. Al cabo de unos días, estos hombres descubrieron que podían comunicarse entre si a través de la pared medianera, empleando el código Morse. En cierta ocasión, el paracaidista transmitió esta frase: «Es un infierno estar a solas con uno mismo». Pero en seguida el religioso le contestó desde el otro lado: «¡Es el cielo estar a solas con Dios!». A partir de ese curioso diálogo, el clérigo y el paracaidista siguieron comunicándose cada día mediante el código Morse, hasta que la fe se encendió en el corazón del joven soldado. Como resultado, Jesús lo transformó, allí mismo, en su solitario encierro. Cuando días más tarde se lo llevaron para ejecutarlo, el paracaidista, ahora cristiano, le transmitió con gran serenidad este mensaje al