https://images.pexels.com/photos/1633578/pexels-photo-1633578.jpeg?cs=srgb&dl=pexels-rajesh-tp-1633578.jpg&fm=jpg Un día, un hombre honrado y trabajador se propuso dejar el empleo que tenía en una fábrica para abrir su propio negocio. Su entusiasmo era tal que no le quedaba tiempo para leer el periódico, ver televisión o reunirse con sus amigos en la cantina para hablar de cómo estaba el mundo. En cuanto salía de la fábrica dedicaba todo su tiempo y todas sus energías al negocio que estaba por abrir. Visitó a proveedores, hizo todo el papeleo legal necesario, alquiló un pequeño local que se encontraba a un lado de una carretera bastante transitada, equipó la cocina, entrevistó a sus futuros empleados e hizo una larga lista de cosas hasta que finalmente, unos meses después, pudo abrir su negocio de venta hamburguesas y así renunciar a su antiguo empleo. El negocio floreció rápidamente ya que allí se vendías las mejores hamburguesas con papas fritas de toda la zona. Al principio ...
La historia de Hellen Keller no se agota a fuerza de repetirla, porque hay biografías cuyo atractivo no disminuye con el tiempo, sino que se acrecienta. A los 19 meses de edad quedó ciega, sorda y muda. A los seis años estaba sumergida en la oscuridad y el silencio. No cayó, sin embargo en la apatía, como otros niños que padecen esa triple discapacidad. Su fuerte temperamento y su férrea voluntad eran como una caldera hirviente y sin válvulas, que no tenía por dónde derramar su contenido. Por eso, aunque Hellen era de naturaleza dulce, cuando no lograba hacerse entender estallaba en violentos accesos de cólera, gritos y pataletas, que asustaban a su madre y que podían durar varias horas. Era un titán atado con recias sogas, un Prometeo encadenado en busca de luz. Desde su más tierna infancia se rebeló contra el triple obstáculo que le negaba la luz de la vida. Años más tarde describió lo que experimentaba: «Sentía como si me sujetaran manos invisibles, y hacía frenéticos esfuerzos para...