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Mostrando las entradas etiquetadas como Desesperación

Hammurabi, y la ley sobre el matrimonio

Hammurabi fue un rey amorreo del Imperio babilónico que vivió en el siglo XVIII a.C. y reinó entre 1792 y 1750 a.C., coincidiendo con la época patriarcal. A él se atribuye la recopilación y exposición pública de un conjunto de leyes civiles que grabó en una estela de basalto negro de 2,25 metros de altura, compuesta por 39 columnas con 3.624 líneas de escritura cuneiforme. En las secciones 144 a 146, se prescribe: “Si un hombre libre se ha casado con una sacerdotisa y si esta no le ha dado hijos porque es estéril, la esposa podrá dar a su marido, como concubina, a una esclava para que entre en su casa y tenga hijos con ella. Si la esclava tuviere hijos, no podrá igualarse con su señora por ello y si se ensoberbeciere con la dueña, la señora no podrá venderla; la marcará y la tendrá entre sus esclavos”. Citado en: " Pero hay un Dios en los cielos "   Carlos Puyol. Pág. 111. Esto nos permite entender el contexto de la relación que tuvo Abraham y su criada Agar, la egipcia,

¡Necesito a Dios!

Cuando Rudyard Kipling (1865-1936), el gran genio de la literatura universal, visitó los Estados Unidos, fue acometido por una seria enfermedad. Mientras ardía de fiebre, recibió la visita de un médico. Era medianoche. Después de medicarlo, el médico le recomendó reposo absoluto. pera a medida que las horas corrían, en su delirio, el paciente murmuraba: "Yo necesito". La enfermera no se atrevía a interrogarlo en cuanto a cuál era su necesidad, perturbándolo en su reposo. Pero ya que él insistía en repetir las palabras "Yo necesito", ella se aventuró a preguntarle en un susurro: "¿Qué es lo que necesita?" La respuesta llegó inmediatamente y sin titubeos: "Yo necesito a Dios" ¡Cuánto necesitamos de Dios, especialmente cuando nos sentimos en el "valle de sombra de muerte", o cuando la sombra de la noche de las aflicciones nos circunda el corazón!. Citado en: De Oliveira, Enoch. ¡Buenos días, Señor!. (México: Asociación Publicadora In

¡Muerto de miedo!

En la revista Constellación, de enero de 1949, se publicó una dramática narración relacionada con la muerte de un lavador de una empresa ferroviaria. Por descuido o negligencia, el desventurado empleado quedó preso dentro de un vagón frigorífico. Después de un corto viaje de aproximadamente 30 kilómetros, fue encontrado muerto. Pero poco antes de morir escribió la siguiente nota,  en la que retrató su terrible agonía: "El frío aumenta. Temo que nadie vendrá en mi socorro. Me estoy congelando lentamente y mis miembros se están adormeciendo. Siento que ya no tengo fuerzas para escribir". Cuando se hizo la autopsia se constató que el lavador de vagones no había muerto de frío. Después descubrieron que el refrigerador no estaba funcionando. La tragedia de este desventurado hombre ilustra en forma objetiva la acción homicida del miedo, sobretodo cuando nuestra mente nos hace experimentar sensaciones de miedo, temor, irreales como si fuera real. En dado caso, las palabras del sa

¡Cuidado con la neblina!

Desde el 6 de Agosto de 1926 para acá, fecha en que Gertrude Ederle de 20 años, atravesó el Canal de la Mancha, siendo la primera mujer en realizar la hazaña, las mujeres has estado compitiendo para establecer marcas mundiales de natación. Por eso el 4 de julio de 1952, Forence Chadwick, de 34 años, vadeó las aguas de la Isla Catalina, determinada a ser la primera mujer que nadara las 21 millas hasta la playa de Long Beach en California.   (Este no fue su   primer intento de nadar largas distancias. Anteriormente había sobrepasado la hazaña de Gertrude Ederle, siendo la primera mujer en nadar el Canal de la Mancha en ambas direcciones). Pero Florence Chadwick no logró esta vez su meta. Esa mañana el agua estaba fría y la neblina era tan densa que apenas podían verse los botes que la acompañaban. Pero no se dejó vencer ni por el frío ni por la fatiga. Al paso   de las horas, ella seguía nadando. Justo antes de alcanzar la orilla, se sintió vencida y pidió que la subieran a uno de l