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Mostrando las entradas etiquetadas como Salvación

Crisis vs oportunidad

https://images.pexels.com/photos/1633578/pexels-photo-1633578.jpeg?cs=srgb&dl=pexels-rajesh-tp-1633578.jpg&fm=jpg Un día, un hombre honrado y trabajador se propuso dejar el empleo que tenía en una fábrica para abrir su propio negocio. Su entusiasmo era tal que no le quedaba tiempo para leer el periódico, ver televisión o reunirse con sus amigos en la cantina para hablar de cómo estaba el mundo. En cuanto salía de la fábrica dedicaba todo su tiempo y todas sus energías al negocio que estaba por abrir. Visitó a proveedores, hizo todo el papeleo legal necesario, alquiló un pequeño local que se encontraba a un lado de una carretera bastante transitada, equipó la cocina, entrevistó a sus futuros empleados e hizo una larga lista de cosas hasta que finalmente, unos meses después, pudo abrir su negocio de venta hamburguesas y así renunciar a su antiguo empleo. El negocio floreció rápidamente ya que allí se vendías las mejores hamburguesas con papas fritas de toda la zona. Al principio ...

¡Coherederos con Cristo!

Un nuevo converso desanimado  fue a hablar con el cristiano chino Watchman Nee.“No importa cuánto oro, cuánto me esfuerzo, no parezco poder ser fiel a mi Señor. Pienso que estoy perdiendo mi salvación’. Nee le respondió: ¿Ves este perro aquí? Es mi perro. Está adiestrado para vivir en la casa; nunca ensucia nada; es obediente; es una delicia para mí. En la casa tengo un hijo, un bebé. Ensucia todo, tira la comida por todas partes, mancha su ropa, es un desastre total. Pero ¿quién heredará mi reino? No será mi perro; mi hijo es mi heredero. Tú eres el heredero de Jesucristo porque es por ti que él murió ”  (Lou Nichole, Hebrews, pág. 31). Nosotros también somos herederos de Dios, no por nuestros propios méritos, sino por su gracia.

El costo de nuestra salvación

En el verano de 1937, John Griffith, encargado de un puente elevadizo que cruzaba el río Mississipi, llegó consigo a su hijito de 8 años a su trabajo. Al mediodía, John levantó el puente para dejar pasar a  varios vaporcitos mientras él y su niño almorzaban en la plataforma de observación. A la 1:07 p.m. escuchó el silbido distante de un tren expreso. Enseguida se dirigió al nivel maestro para bajar el puente, y cuando miró alrededor buscando al  niño, lo que vio le heló la sangre en el cuerpo. El muchachito había resbalado y se había caído en el engranaje masivo que operaba el puente. Tenía la piernecita izquierda pillada entre los dientes de los dos engranajes principales. A la velocidad del rayo la mente de John trató de encontrar solución. Solo había dos: Sacrificar a su hijo y salvar la vida de 400 pasajeros o sacrificar la vida de 400 pasajeros y salvar la vida de su hijo. John sabía cuál alternativa tendría que tomar. Enterrando la cara en su brazo izquierdo, mov...