https://images.pexels.com/photos/1633578/pexels-photo-1633578.jpeg?cs=srgb&dl=pexels-rajesh-tp-1633578.jpg&fm=jpg Un día, un hombre honrado y trabajador se propuso dejar el empleo que tenía en una fábrica para abrir su propio negocio. Su entusiasmo era tal que no le quedaba tiempo para leer el periódico, ver televisión o reunirse con sus amigos en la cantina para hablar de cómo estaba el mundo. En cuanto salía de la fábrica dedicaba todo su tiempo y todas sus energías al negocio que estaba por abrir. Visitó a proveedores, hizo todo el papeleo legal necesario, alquiló un pequeño local que se encontraba a un lado de una carretera bastante transitada, equipó la cocina, entrevistó a sus futuros empleados e hizo una larga lista de cosas hasta que finalmente, unos meses después, pudo abrir su negocio de venta hamburguesas y así renunciar a su antiguo empleo. El negocio floreció rápidamente ya que allí se vendías las mejores hamburguesas con papas fritas de toda la zona. Al principio ...
Cierta vez Napoleón Bonaparte declaró que la mayor necesidad de su país era la de tener madres. En su desesperación por disponer de un mayor número de soldados, el gran corso quería que hubiera más madres que dieran a luz más hijos, para luego enviarlos al frente de batalla. Y en nuestros días, aunque por motivos muy diferentes, podríamos asegurar que la gran necesidad del mundo sigue siendo la misma: la de madres que sepan cumplir cabalmente su papel de forjadoras del hogar y del carácter de sus hijos. Enrique Chaij. A pesar de todo, ¡Que linda es la vida!. Pág. 44. Se necesitan madres, no para equipar un ejército, sino para ser una bendición para la sociedad. Por lo tanto se requiere que cada hijo le de el lugar que le corresponde a sus padres, y los padres el lugar que deben tener sus hijos; formarlos, prepararlos no para este mundo sino para la eternidad. Esto es posible con el primer mandamiento con promesa: Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer...