https://images.pexels.com/photos/1633578/pexels-photo-1633578.jpeg?cs=srgb&dl=pexels-rajesh-tp-1633578.jpg&fm=jpg Un día, un hombre honrado y trabajador se propuso dejar el empleo que tenía en una fábrica para abrir su propio negocio. Su entusiasmo era tal que no le quedaba tiempo para leer el periódico, ver televisión o reunirse con sus amigos en la cantina para hablar de cómo estaba el mundo. En cuanto salía de la fábrica dedicaba todo su tiempo y todas sus energías al negocio que estaba por abrir. Visitó a proveedores, hizo todo el papeleo legal necesario, alquiló un pequeño local que se encontraba a un lado de una carretera bastante transitada, equipó la cocina, entrevistó a sus futuros empleados e hizo una larga lista de cosas hasta que finalmente, unos meses después, pudo abrir su negocio de venta hamburguesas y así renunciar a su antiguo empleo. El negocio floreció rápidamente ya que allí se vendías las mejores hamburguesas con papas fritas de toda la zona. Al principio ...
Cuenta la historia que la familia Durero, que vivió en el siglo XV cerca de la ciudad de Núremberg (Alemania), tenía dieciocho hijos. El padre era orfebre, lo cual le habría permitido vivir con desahogo si no fuera por su abundante prole. Alberto, uno de sus hijos, había mostrado potencial artístico en sus dibujos infantiles y deseaba ser dibujante, pintor o grabador. De igual manera, uno de sus hermanos también demostró habilidad para ello, expresando la misma intención. Pero ambos muchachos sabían que su padre carecía de medios para enviarlos a academias y universidades a formarse como artistas. Después de numerosas conversaciones, los dos aspirantes a artistas acordaron lo siguiente: lanzarían una moneda para decidir su suerte; el perdedor trabajaría en una mina cercana para costear los estudios de su hermano durante cuatro años. Por su parte, el ganador se comprometía, al final de los cuatro años de formación, a pagar los estudios de su hermano, vendiendo sus obras de arte e incl...