https://images.pexels.com/photos/1633578/pexels-photo-1633578.jpeg?cs=srgb&dl=pexels-rajesh-tp-1633578.jpg&fm=jpg Un día, un hombre honrado y trabajador se propuso dejar el empleo que tenía en una fábrica para abrir su propio negocio. Su entusiasmo era tal que no le quedaba tiempo para leer el periódico, ver televisión o reunirse con sus amigos en la cantina para hablar de cómo estaba el mundo. En cuanto salía de la fábrica dedicaba todo su tiempo y todas sus energías al negocio que estaba por abrir. Visitó a proveedores, hizo todo el papeleo legal necesario, alquiló un pequeño local que se encontraba a un lado de una carretera bastante transitada, equipó la cocina, entrevistó a sus futuros empleados e hizo una larga lista de cosas hasta que finalmente, unos meses después, pudo abrir su negocio de venta hamburguesas y así renunciar a su antiguo empleo. El negocio floreció rápidamente ya que allí se vendías las mejores hamburguesas con papas fritas de toda la zona. Al principio ...
La Compañía Western Union, años atrás necesitaba un
operador de telégrafos. Muchas personas solicitaron el trabajo; cuando cierto
joven llegó, la sala de espera estaba llena. Se sentó entre los que esperaban
el turno para ser entrevistados. En la sala se oía una transmisión telegráfica.
De repente este joven se puso de pie de un salto y desapareció por el pasillo.
Minutos más tarde estaba de regreso. “¡Lo conseguí! ¡lo conseguí!”, gritaba. Los demás protestaron: “Estuvimos aquí todo el día. ¿Cómo
lo conseguiste?” Sencillamente escuché la transmisión telegráfica cuyo
mensaje era: “Si usted entiende este código, venga inmediatamente a la sala 212
para la entrevista.
Si amamos a Jesús,
sabemos que es nuestro mejor amigo. Sabemos que conoce todo acerca de nosotros
y solo quiere lo mejor para nosotros. Citado en: Johnson, G.
William. Contemplemos su gloria. México: Asociación Publicadora Interamericana,
1989. Pág. 240
De ahí la importancia de saber que él nos ama, que somos sus hijos por creación y por redención. Jesús te ama, ¿lo has descubierto?. Afortunadamente las Sagradas Escrituras nos hablan de su amor por nosotros. "Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia". (Jeremías 31:3).
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