https://images.pexels.com/photos/1633578/pexels-photo-1633578.jpeg?cs=srgb&dl=pexels-rajesh-tp-1633578.jpg&fm=jpg Un día, un hombre honrado y trabajador se propuso dejar el empleo que tenía en una fábrica para abrir su propio negocio. Su entusiasmo era tal que no le quedaba tiempo para leer el periódico, ver televisión o reunirse con sus amigos en la cantina para hablar de cómo estaba el mundo. En cuanto salía de la fábrica dedicaba todo su tiempo y todas sus energías al negocio que estaba por abrir. Visitó a proveedores, hizo todo el papeleo legal necesario, alquiló un pequeño local que se encontraba a un lado de una carretera bastante transitada, equipó la cocina, entrevistó a sus futuros empleados e hizo una larga lista de cosas hasta que finalmente, unos meses después, pudo abrir su negocio de venta hamburguesas y así renunciar a su antiguo empleo. El negocio floreció rápidamente ya que allí se vendías las mejores hamburguesas con papas fritas de toda la zona. Al principio ...
Jack Goldsmith, decidió “Echar su pan sobre las
aguas” (Ecles. 11:1), cuando estaba en una playa de Australia. En una botella
depositó en su interior propaganda cristiana con una dirección adonde podían
pedir más información. Después se aseguró que estuviera hermético para que el
agua no le entrara, y entonces lo lanzó al mar. Tiempo después, Jalad Seyong,
se paseaba por la playa cerca de su casa en Malasia, cuando vio una botella
flotando en el mar, se metió al agua y
lo sacó, lo abrió para ver si alguien necesitaba ayuda.
Encontró la propaganda cristiana que Jack había
puesto desde Australia, vio la dirección y escribió. A los pocos días recibió
una serie de lecciones bíblicas de la
misión de los adventistas situada en Sabah. Este joven había sido criado en un
hogar mahometano. Sin embargo, su curiosidad y su deseo de aprender más, le
permitieron romper los prejuicios religiosos y se puso a estudiar las
lecciones. A veces hacía preguntas cuyas respuestas le llegaban en cartas. Cuando
se desanimó en seguir aprendiendo más de Jesús, un amigo católico le animó a
que terminara las lecciones.
Con el tiempo, al terminar de estudiar las lecciones
pidió ser bautizado. Al aceptar ser cristiano, cambió su nombre mahometano de
Jalad por el de Pablo. Como no había iglesia allí donde vivía, guardaba el
sábado solo. Pero un día le llegó la invitación de estudiar la secundaria en la
escuela de la misión, al cual accedió y después en una semana de oración, fue
bautizado. Hoy sirve de pastor en Malasia.
Citado en: Hills, B. Desmond.
Cada día más Luz, iluminados por Jesús. México: Gema Editores, 2008, pág. 300
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