https://images.pexels.com/photos/1633578/pexels-photo-1633578.jpeg?cs=srgb&dl=pexels-rajesh-tp-1633578.jpg&fm=jpg Un día, un hombre honrado y trabajador se propuso dejar el empleo que tenía en una fábrica para abrir su propio negocio. Su entusiasmo era tal que no le quedaba tiempo para leer el periódico, ver televisión o reunirse con sus amigos en la cantina para hablar de cómo estaba el mundo. En cuanto salía de la fábrica dedicaba todo su tiempo y todas sus energías al negocio que estaba por abrir. Visitó a proveedores, hizo todo el papeleo legal necesario, alquiló un pequeño local que se encontraba a un lado de una carretera bastante transitada, equipó la cocina, entrevistó a sus futuros empleados e hizo una larga lista de cosas hasta que finalmente, unos meses después, pudo abrir su negocio de venta hamburguesas y así renunciar a su antiguo empleo. El negocio floreció rápidamente ya que allí se vendías las mejores hamburguesas con papas fritas de toda la zona. Al principio ...
Una de las estadísticas más impresionantes de la Segunda Guerra Mundial es la de la cantidad de personas que quisieron matar a Hittler. Informes alemanes desclasificados recientemente, junto con otras fuentes internacionales, arrojan el dato de cuarenta y dos intentos comprobados de asesinatos, y se cree que han sido mucho más que no están documentados. Entre ellos un estudiante, cuyos tres miembros fueron tan patéticos que los guardias de Hittler los descubrieron inmediatamente, y lo enviaron a la guillotina. Sus tres misiones tipo James Bond 007, consistían en enviar a tres agentes secretos bien entrenados con veneno y ratas explosivas.
Otro de los intentos de asesinatos de Hittler fue perpetrado por uno de los generales de su propio ejército. Utilizaron un maletín con una bomba que explotó el 20 de julio de 1944 en el lugar donde Hittler se reunía con su equipo, hiriendo a ocho personas. Hittler no perdió la vida, a pesar de que estaba allí, porque la madera de la mesa a la que estaba sentado lo protegió. Creyendo que era invencible y que contaba con la protección divina por haber sobrevivido a tantos intentos de asesinato, Hittler se burlaba abiertamente de quienes intentaban matarlo. Pero tras ese intento de asesinato que casi acabó con su vida, mandó a ejecutar a los culpables y a todos los militares de su propio ejército de los que sospechaban que querían acabar con él. Melissa y Greg Howell. Fusión 2016. Pág. 151
El rey David, sabía que la única seguridad estaba en Dios, no en los treinta valientes que custodiaban sus seguridad. ¡Guárdame oh Dios, porque solo en ti he confiado! (Salmo 16:1). Nos enseña que aquí en esta tierra no estamos seguros, a menos que nuestra confianza esté depositada en Dios.
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