La reina Semíramis hizo escribir en su monumento funerario lo siguiente: "Todo rey que desea tesoro quedará satisfecho si abre esta tumba." El rey Darío la abrió, pero no halló ningún tesoro sino la inscripción: "Si tú no fueras una persona mala y llena de insaciable codicia, no turbarías las mansiones de los muertos." Citado en: E. Earl. Cleveland, Meditaciones Matinales Venid a mí. Publicaciones Interamericanas: Pacific Press Publishing Association Mountain View, California, EE. UU. 1969), pág. 130 .
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