Ir al contenido principal

Entradas

El costo de nuestra salvación

En el verano de 1937, John Griffith, encargado de un puente elevadizo que cruzaba el río Mississipi, llegó consigo a su hijito de 8 años a su trabajo. Al mediodía, John levantó el puente para dejar pasar a  varios vaporcitos mientras él y su niño almorzaban en la plataforma de observación. A la 1:07 p.m. escuchó el silbido distante de un tren expreso. Enseguida se dirigió al nivel maestro para bajar el puente, y cuando miró alrededor buscando al  niño, lo que vio le heló la sangre en el cuerpo. El muchachito había resbalado y se había caído en el engranaje masivo que operaba el puente. Tenía la piernecita izquierda pillada entre los dientes de los dos engranajes principales. A la velocidad del rayo la mente de John trató de encontrar solución. Solo había dos: Sacrificar a su hijo y salvar la vida de 400 pasajeros o sacrificar la vida de 400 pasajeros y salvar la vida de su hijo. John sabía cuál alternativa tendría que tomar. Enterrando la cara en su brazo izquierdo, movió el int

¡Deuda cancelada, el mayor regalo de un Zar!

Durante un intervalo del sitio de Plevna, Bulgaria en 1877, el Zar Nicolás II estaba haciendo su ronda y encontró a un joven oficial que se había dormido sobre una mesa mientras le escribía una carta a su esposa. El emperador leyó por encima de los hombros del joven sobre la preocupación del oficial de no poder hacer frente a sus obligaciones financieras. “¿Quién pagará mis deudas?” había escrito   en desespero. Sujetando la pluma que estaba sobre la mesa, el Zar escribió debajo de la pregunta: “Yo el Zar Nicolás II, las pagaré”  Podemos imaginarnos la sorpresa del oficial cuando se despertó y leyó la promesa del emperador. También el agradecimiento que este hombre expresó, no solamente con palabras, sino con obras de profunda lealtad. El Soberano del universo, ha hecho por nosotros algo similar a lo que hizo el Zar Nicolás II por su joven oficial. Él ha cancelado la deuda de nuestros pecados. Y en agradecimiento, nosotros expresamos nuestra sincera gratitud en palabras y tambié

Manos dedicadas

El célebre escultor alemán, Johhan Heinrich Von Dannecker, que nació en 1758 y murió en 1841, se hizo famoso temprano en su vida por sus estatuas de diosas y dioses griegos. Por ejemplo, su escultura de Ariana en la pantera, esculpida en 1806, fue reconocida como una obra de arte y le dio fama internacional. Poco después de esto, Dannecker fue convencido de que debería dedicar su tiempo y su talento a Cristo. Abandonó la práctica de esculpir dioses paganos y resolvió dedicar su vida hacer estatuas de Cristo. Por dos veces fracasó, pero al final esculpió una semejanza del Salvador tan exquisitamente hermosa que consideró que era la obra maestra de su vida. Napoleón Bonaparte lo invitó más tarde a ir a Paris a esculpir una estatua de Venus, pero Dannecker rechazó la invitación con estas palabras: “Señor, estas manos que han esculpido una estatua de Cristo no podrán esculpir jamás la semejanza de un Dios pagano”. Citado en: Mansell Ernest, Donald. Constante como el amanecer.  

¡Conquistador de la muerte!

Antes que Carlomagno, ese hombre rubio y gigantesco que fue coronado emperador del Santo Imperio Romano Germánico el día de navidad del 800 DC, muriera, ordenó que su tumba fuera sellada tan herméticamente que ninguna mano mortal pudiera abrirla. De modo que enterraron al monarca muerto de acuerdo a sus deseos: vestido de púrpura, sentado en su trono, con la corona sobre su cabeza y el cetro en su mano, y construyeron una muralla   en derredor para que nunca más ojos humanos pudieran verlo. Pero un poco de polvo se alojó en una grieta   de la pared y una semilla fue a dar allí, llevada por el viento; encontró humedad, germinó y comenzó a crecer. Sus raíces se extendieron y se desarrollaron, y eventualmente partió en dos   el lugar de descanso del fallecido rey. Cualquiera podía ver lo que él había buscado esconder para siempre; la corona había caído de su frente, el cetro estaba en el suelo, su manto se había podrido, y su calavera parecía sonreír burlonamente. citado en: Joh

¿Entiendes el código?

La Compañía Western Union, años atrás necesitaba un operador de telégrafos. Muchas personas solicitaron el trabajo; cuando cierto joven llegó, la sala de espera estaba llena. Se sentó entre los que esperaban el turno para ser entrevistados. En la sala se oía una transmisión telegráfica. De repente este joven se puso de pie de un salto y desapareció por el pasillo. Minutos más tarde estaba de regreso. “¡Lo conseguí! ¡lo conseguí!”, gritaba.  Los demás protestaron: “Estuvimos aquí todo el día. ¿Cómo lo conseguiste?”  Sencillamente escuché la transmisión telegráfica cuyo mensaje era: “Si usted entiende este código, venga inmediatamente a la sala 212 para la entrevista. Si   amamos a Jesús, sabemos que es nuestro mejor amigo. Sabemos que conoce todo acerca de nosotros y solo quiere lo mejor para nosotros . Citado en: Johnson, G. William. Contemplemos su gloria. México: Asociación Publicadora Interamericana, 1989.   Pág. 240 De ahí la importancia de saber que él nos ama, que som

¡Hijas!, ¿Les has dado su valor?

Enrique VII de Inglaterra se divorció de Catalina de Aragón porque no le dio un hijo varón, en el siglo XX , Faruk, el último rey de Egipto, puso a un lado a su esposa y se casó con otra por la misma razón. El ego del rey se sintió herido porque su esposa solo le pudo dar hijas mujeres. Le echó la culpa a ella. Citado en: Johnson, G. William. Contemplemos su gloria. México: Asociación Publicadora Interamericana, 1989, pag. 59. Contrario a la actitud de los dos soberanos de minimizar el papel de sus esposas por el hecho de haber tenido hijas; el ideal del salmista es lo mejor para los hijos, sea hijo o hija. Hijos frondosos, cuando la adolescencia en nuestro tiempo proyecta la imagen de adolescentes marchitos por las drogas y otros vicios adictivos, el salmista ve  hijos sanos e hijas dignas de estar en un lugar privilegiado con altos valores que contrasta  a las adolescentes de nuestro tiempo.

El personaje más controvertido de la historia

El Hijo de María llegó a ser la persona más controvertida de la historia. Aunque se llamó Príncipe de paz, se pelearon guerras en su nombre. Aunque derramó su vida para sanar el cuerpo y la mente de todos los que lo rodeaban, las familias se dividieron por causa de él; los hijos contra los padres y los padres contra los hijos. ¿Quién era él? Esta pregunta molestó a  los que lo oyeron y lo vieron. Ha perturbado a cada generación desde entonces. También nos perturba a nosotros: desde el nacimiento del niño en Belén. Jesús de Nazaret ha sido una pregunta molesta para la conciencia de la humanidad, que no le deja descanso. El mismo desafió a su generación con  la pregunta: "¿Quién decis que soy yo?" y cuando Pedro respondió en forma espontánea: "Tu éres el Cristo, el Hijo del Dios viviente", Jesús aceptó la respuesta: "Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás, porque ningún hombre te ha mostrado esto, sino mi Padre que está en el cielo" (Mat. 16:15-17, versión D